Umberto Eco y Jean-Claude Carrière
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Umberto Eco y Jean-Claude Carrière
Bueh... Les cuento un poco xq salte con esto jajajaja.... El lunes tuve una clase teorica en Diseño audiovisual I y nombraron un par de cosas que dijo Jean- Claude Carrière y me dije a mi misma "uh, mira las cosas que escribio este flaco... despues lo googleo"...
Unos dias mas tarde ((jajaja vengo con dilate xD) me puse a leer cosas de este señor. Recien, buscando un poquito, me encontre con esta charla entre Umberto Eco y Jean Claude y me re gusto lo que dice... ((aparte es muy oportuno... Hay quienes sabran por qué jajajaja))
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El intelectual italiano y el cineasta francés se embarcan en esta charla en una pesquisa inusual, establecer la diferencia entre cretino, estúpido e imbécil, categorías cuyos matices son casi imperceptibles.
Umberto Eco: En uno de mis libros hacía yo una distinción entre el imbécil, el cretino y el estúpido. El cretino no nos interesa porque es un individuo que en lugar de llevarse la cuchara a la boca se la lleva a la frente; no nos interesa porque es aquel sujeto que no entiende lo que le estás diciendo. Su caso es sencillo. Por el contrario, la imbecilidad es una cualidad social y, en lo que a mí respecta, también puedes llamarla de otro modo, dado que para algunos “estúpido” e “imbécil” son términos que se refieren a la misma cosa. El imbécil es aquel que siempre, llegado el momento, se le ocurrirá decir exactamente lo que no debería decir. Es el autor de metidas de pata involuntarias. Por el contrario, el estúpido es diferente; su déficit no es social sino lógico. A primera vista, tal parece que razona de una manera correcta; y resulta muy difícil darse cuenta, de inmediato, que esto no es así. Por eso es peligroso. (...) Te pongo un ejemplo. El estúpido dirá: “Todos los habitantes del Pireo son atenienses. Todos los atenienses son griegos. Por lo tanto, todos los griegos son habitantes del Pireo”. Te asalta la duda de que algo no está funcionando bien porque sabes que existen griegos de Esparta, por ejemplo. Pero eres incapaz de explicar, expeditamente, en dónde y por qué el estúpido se ha equivocado. Tendrías que conocer muy bien las reglas de la lógica formal. Eso es, creo que deberíamos ocuparnos específicamente del estúpido.
Jean-Claude Carrière: Yo creo que al estúpido no le basta con equivocarse. Afirma claro y fuerte su error, lo proclama a los cuatro vientos, quiere que todos lo escuchen. Es sorprendente ver lo estridente que es la estupidez. “Ahora sabemos por fuentes fidedignas que...”. Y le sigue una garrafal sarta de estupideces.
UE: Tienes toda la razón. Si empiezas a afirmar con insistencia una verdad común, trivial, de inmediato se transforma en una estupidez...
JCC: Flaubert dice que la estupidez consiste en querer sacar conclusiones. El imbécil quiere llegar, por sí solo, a soluciones perentorias y definitivas. Le gustaría ponerle fin de una vez y para siempre a los argumentos. Pero esta estupidez, que de ordinario es percibida como una verdad por un cierto tipo de personas, para nosotros ha sido, en el transcurso de la historia, extremadamente instructiva. Ya habíamos dicho que la historia de la belleza y de la inteligencia, únicos temas a los que hemos limitado nuestra educación, tan sólo constituyen una ínfima parte de la actividad humana. Quizá sería necesario pensar y, por otra parte, tú ya lo estás haciendo, en una historia general del horror, de la ignorancia, así como de la brutalidad. (...)
UE: Después de lo que has dicho, me parece que la estupidez es un poco diferente a la estulticia. Se puede ser un estúpido sin llegar a ser por completo una “bestia”. Ser, por casualidad, un estúpido. (...) Un caso de epifanía de la imbecilidad (en el sentido en el que yo la entiendo) nos lo ofrece James Joyce cuando refiere una conversación con míster Skeffington: “Me enteré que ha muerto su hermano”, dice Skeffington. “Y solamente tenía diez años”, le responden. “En todo caso es doloroso”, responde Skeffington.
JCC: A menudo, la estupidez está muy cercana del error. Fue mi pasión por la imbecilidad la que hizo que me ha acercara a tu investigación sobre los falsos. Aquí tenemos dos recorridos rigurosamente ignorados por la enseñanza. Cada época posee, por una parte, sus verdades, y por la otra, a sus notorios imbéciles, enormes, pero se asume la tarea de enseñar y de transmitir únicamente la verdad. De alguna manera se filtra la estupidez. Sí, existe lo “políticamente correcto” y lo “inteligentemente correcto”. Dicho de otra manera, una buena manera de pensar. Lo queramos o no.
UE: Es el test del papel tornasol que nos permite verificar si estamos ante la presencia de un ácido o de una base. Si existiese un papel tornasol para estos casos, podríamos saber, de vez en vez, si estamos ante la presencia de un estúpido o de un imbécil. Pero regresando a la relación que estableces entre la estupidez y lo falso: lo falso no es, por fuerza, expresión de estupidez o de imbecilidad. Simple y sencillamente es un error. Tolomeo creía, de buena fe, que la Tierra no se movía. Cometía un error por falta de información científica. Pero podría ser que el día de mañana descubramos que la Tierra no gira alrededor del Sol y entonces tendremos que rendirle un homenaje a la sagacidad de Tolomeo. Obrar de mala fe significa decir lo contrario de lo que se considera verdadero. Pero nosotros siempre cometemos nuestros errores en buena fe. Por lo tanto, el error recorre toda la historia de la humanidad; afortunadamente, si no seríamos dioses. La noción de “falso”, que he estudiado, en realidad es muy sutil. Existe lo falso, que debe ser idéntico (en el sentido leibniziano del término) a su modelo. Quienes presentan un falso como si fuese verdadero, a sabiendas de que no lo es, obra de mala fe, y engaña. Tenemos, además, el razonamiento falso de Tolomeo, que hablando en buena fe, se equivoca. Tolomeo no era un falsario porque en verdad creía que la Tierra no se movía.
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La charla siiiigue y siiiiigue pero se va muy de tema de lo que me interesaba dejar en el forito jajajajaja Espero que les haya gustado, que hayan entendido, las que debian, y que lindo es sentirse culta de que conozco a ese flaco jajajajaja al fin "conozco" algun cineasta de los tantos que me hablan xD
Adieu
Unos dias mas tarde ((jajaja vengo con dilate xD) me puse a leer cosas de este señor. Recien, buscando un poquito, me encontre con esta charla entre Umberto Eco y Jean Claude y me re gusto lo que dice... ((aparte es muy oportuno... Hay quienes sabran por qué jajajaja))
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El intelectual italiano y el cineasta francés se embarcan en esta charla en una pesquisa inusual, establecer la diferencia entre cretino, estúpido e imbécil, categorías cuyos matices son casi imperceptibles.
Umberto Eco: En uno de mis libros hacía yo una distinción entre el imbécil, el cretino y el estúpido. El cretino no nos interesa porque es un individuo que en lugar de llevarse la cuchara a la boca se la lleva a la frente; no nos interesa porque es aquel sujeto que no entiende lo que le estás diciendo. Su caso es sencillo. Por el contrario, la imbecilidad es una cualidad social y, en lo que a mí respecta, también puedes llamarla de otro modo, dado que para algunos “estúpido” e “imbécil” son términos que se refieren a la misma cosa. El imbécil es aquel que siempre, llegado el momento, se le ocurrirá decir exactamente lo que no debería decir. Es el autor de metidas de pata involuntarias. Por el contrario, el estúpido es diferente; su déficit no es social sino lógico. A primera vista, tal parece que razona de una manera correcta; y resulta muy difícil darse cuenta, de inmediato, que esto no es así. Por eso es peligroso. (...) Te pongo un ejemplo. El estúpido dirá: “Todos los habitantes del Pireo son atenienses. Todos los atenienses son griegos. Por lo tanto, todos los griegos son habitantes del Pireo”. Te asalta la duda de que algo no está funcionando bien porque sabes que existen griegos de Esparta, por ejemplo. Pero eres incapaz de explicar, expeditamente, en dónde y por qué el estúpido se ha equivocado. Tendrías que conocer muy bien las reglas de la lógica formal. Eso es, creo que deberíamos ocuparnos específicamente del estúpido.
Jean-Claude Carrière: Yo creo que al estúpido no le basta con equivocarse. Afirma claro y fuerte su error, lo proclama a los cuatro vientos, quiere que todos lo escuchen. Es sorprendente ver lo estridente que es la estupidez. “Ahora sabemos por fuentes fidedignas que...”. Y le sigue una garrafal sarta de estupideces.
UE: Tienes toda la razón. Si empiezas a afirmar con insistencia una verdad común, trivial, de inmediato se transforma en una estupidez...
JCC: Flaubert dice que la estupidez consiste en querer sacar conclusiones. El imbécil quiere llegar, por sí solo, a soluciones perentorias y definitivas. Le gustaría ponerle fin de una vez y para siempre a los argumentos. Pero esta estupidez, que de ordinario es percibida como una verdad por un cierto tipo de personas, para nosotros ha sido, en el transcurso de la historia, extremadamente instructiva. Ya habíamos dicho que la historia de la belleza y de la inteligencia, únicos temas a los que hemos limitado nuestra educación, tan sólo constituyen una ínfima parte de la actividad humana. Quizá sería necesario pensar y, por otra parte, tú ya lo estás haciendo, en una historia general del horror, de la ignorancia, así como de la brutalidad. (...)
UE: Después de lo que has dicho, me parece que la estupidez es un poco diferente a la estulticia. Se puede ser un estúpido sin llegar a ser por completo una “bestia”. Ser, por casualidad, un estúpido. (...) Un caso de epifanía de la imbecilidad (en el sentido en el que yo la entiendo) nos lo ofrece James Joyce cuando refiere una conversación con míster Skeffington: “Me enteré que ha muerto su hermano”, dice Skeffington. “Y solamente tenía diez años”, le responden. “En todo caso es doloroso”, responde Skeffington.
JCC: A menudo, la estupidez está muy cercana del error. Fue mi pasión por la imbecilidad la que hizo que me ha acercara a tu investigación sobre los falsos. Aquí tenemos dos recorridos rigurosamente ignorados por la enseñanza. Cada época posee, por una parte, sus verdades, y por la otra, a sus notorios imbéciles, enormes, pero se asume la tarea de enseñar y de transmitir únicamente la verdad. De alguna manera se filtra la estupidez. Sí, existe lo “políticamente correcto” y lo “inteligentemente correcto”. Dicho de otra manera, una buena manera de pensar. Lo queramos o no.
UE: Es el test del papel tornasol que nos permite verificar si estamos ante la presencia de un ácido o de una base. Si existiese un papel tornasol para estos casos, podríamos saber, de vez en vez, si estamos ante la presencia de un estúpido o de un imbécil. Pero regresando a la relación que estableces entre la estupidez y lo falso: lo falso no es, por fuerza, expresión de estupidez o de imbecilidad. Simple y sencillamente es un error. Tolomeo creía, de buena fe, que la Tierra no se movía. Cometía un error por falta de información científica. Pero podría ser que el día de mañana descubramos que la Tierra no gira alrededor del Sol y entonces tendremos que rendirle un homenaje a la sagacidad de Tolomeo. Obrar de mala fe significa decir lo contrario de lo que se considera verdadero. Pero nosotros siempre cometemos nuestros errores en buena fe. Por lo tanto, el error recorre toda la historia de la humanidad; afortunadamente, si no seríamos dioses. La noción de “falso”, que he estudiado, en realidad es muy sutil. Existe lo falso, que debe ser idéntico (en el sentido leibniziano del término) a su modelo. Quienes presentan un falso como si fuese verdadero, a sabiendas de que no lo es, obra de mala fe, y engaña. Tenemos, además, el razonamiento falso de Tolomeo, que hablando en buena fe, se equivoca. Tolomeo no era un falsario porque en verdad creía que la Tierra no se movía.
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La charla siiiigue y siiiiigue pero se va muy de tema de lo que me interesaba dejar en el forito jajajajaja Espero que les haya gustado, que hayan entendido, las que debian, y que lindo es sentirse culta de que conozco a ese flaco jajajajaja al fin "conozco" algun cineasta de los tantos que me hablan xD
Adieu
Re: Umberto Eco y Jean-Claude Carrière
Bue, como imaginarás, de Jean- Claude Carrière ni idea, pero Eco es uno de mis escritores favoritos.
Por qué? Simplemente porque sabe decir lo que quiere, de una forma tan sutil y formal que termina dejando en claro su punto de vista, sin ofender a nadie...
Recomiendo el Nombre de la rosa, un joya de la literatura, donde la crítica a la Iglesia pasa casi desapercibida entre todo lo demás (Los crímenes, las investigaciones, y la interpretación de los signos que Umberto realiza como buen semiólogo...)
Creo que eso es una excelente definición de inteligencia, no? Dejo en claro lo que pienso, de forma que no puedas sentirte agredido... Y si no te diste cuenta, es que no te da la cabeza, y no vale la pena....
Nada más... (Y si, tal vez yo te entendí un poquito... jajajaja)
Por qué? Simplemente porque sabe decir lo que quiere, de una forma tan sutil y formal que termina dejando en claro su punto de vista, sin ofender a nadie...
Recomiendo el Nombre de la rosa, un joya de la literatura, donde la crítica a la Iglesia pasa casi desapercibida entre todo lo demás (Los crímenes, las investigaciones, y la interpretación de los signos que Umberto realiza como buen semiólogo...)
Creo que eso es una excelente definición de inteligencia, no? Dejo en claro lo que pienso, de forma que no puedas sentirte agredido... Y si no te diste cuenta, es que no te da la cabeza, y no vale la pena....
Nada más... (Y si, tal vez yo te entendí un poquito... jajajaja)
Re: Umberto Eco y Jean-Claude Carrière
1-Como me gusta el "un cacho de cultura" en el foro!!!
2-Está muy bueno Blas!!! Me encantó!!!
3-Sep, y yo también te entendi!!! Jajajajaja! Mejor imposible!!!
2-Está muy bueno Blas!!! Me encantó!!!
3-Sep, y yo también te entendi!!! Jajajajaja! Mejor imposible!!!
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