Identidad - FIC BRO

¿Dean, qué demonios…?
Sam no podía creer lo que veía. Sólo habían sido 15 minutos fuera de la habitación para comprar el desayuno y al volver al cuarto lo que encontró, o mejor dicho cómo lo encontró sólo podía ser el resultado dejado por el paso de un huracán. Prendas de ropa por doquier, zapatos en iguales condiciones, armas y demás utensilios que viajaban con ellos desperdigados en cualquier superficie… y Dean en medio de todo eso con la mirada fija en el último bolso que acababa de vaciar con angustia y algo de desesperación reflejado en sus ojos.

Se acercó a él para que le explicara su ataque por desordenarlo todo. “suerte para nosotros que no tenemos que salir huyendo a la de ya” pensaba al ver el panorama completo.
Apoyó los vasos de café y la bolsa de donas en el poco espacio que existía en la mesa y parando al lado de su hermano le dijo:

Dean… ¿me puedes explicar a que se debe… esto? termina Sam haciendo un gesto que abarca toda la habitación.

Es que no lo encuentro… debería estar donde siempre lo guardo pero no está. ¿No tienes idea de cuan peligroso es que eso acabe en las manos equivocadas, Sam? Sería una gran fatalidad.
Al concluir esto se dirige a otro sector para revisar nuevamente otro de los bolsos.

Dean, si me dices que buscas, podría ayudarte. Quizá lo has guardado en otro lugar… dice queriendo tranquilizarlo un poco.

Imposible Sam, siempre lo dejo en el mismo bolsillo secreto de mi bolso y que bajo cada vez que nos quedamos en algún motel. Es el primer sitio que revisé y no está. No hay roturas que me puedan indicar que se haya movido de lugar. Debió haber entrado algún ladrón y llevárselo, no encuentro otra explicación.
Mientras decía esto le mostraba a Sam el bolsillo en cuestión.
Con esto el menor se percató de la seriedad del asunto. Si eso caía en manos de alguien que no supiera con quienes se metió acabaría con mal final.

Es algo extraño que sólo se llevara eso y no otras cosas valiosas - quiso volver a calmarlo Sam.

Quién sabe Sam… hoy en día con eso se pueden realizar las mayores estafas. Pero no sabe que se metió en un enorme problema.
Dean no dejaba de pensar quién y en qué momento alguien pudo meterse en la habitación para llevar a cabo el atraco. Un brillo extraño se alojó en sus ojos al dar con el posible culpable.

Ya creo saberlo Sam… ese maldito huésped que se fue anoche cuando regresábamos aquí al concluir con el caso. Yo me olía algo raro con él, pero sólo creí que aún estaba alerta por todo lo que fue el caso. Si bien era raro que alguien se vaya casi a medianoche, el que se ponga más nervioso cuando llegamos a la puerta de nuestra habitación, casualmente pegada a la de él…
Y que nos mirara como si fuéramos a saltar sobre él de un segundo a otro, me resultó realmente raro. Y eso que nos habíamos cruzado con él varias veces al desayunar, pero estaba exhausto para decirle alguna cosa; sólo quería llegar y dormir- siguió diciendo Dean


¡¡No puedo creer que haya tenido las agallas de robarme a mí… Dean Winchester!! Mi identidad, se llevó mi única y real identificación. La que avala quién soy. ¿Entiendes eso Sam?

Y Sam sí sabía lo que realmente se le avecinaba a ese ingenuo ladrón.


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Muchas millas lejos del hotel, en un control de rutina un sujeto era detenido por numerosos efectivos de la policía; esposado y sujetado por varios uniformados. Sonreían imaginando las condecoraciones que recibirían por atrapar de forma tan fácil a uno de los delincuentes más buscados por el F.B.I. Ninguno de ellos imaginaba el chasco que se llevarían cuando descubrieran la verdad, y el sujeto en cuestión que más que delitos menores no tenía en su haber pagará por ellos y quizás dejará de hacer lo que venía haciendo hasta el momento. Al fin de cuentas no había sido buena idea llevarse el carnet de identidad de ese sujeto para su próxima estafa.-




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