EL REGRESO (post 6x11) porque nos merecemos lo que Sera no nos dará...
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EL REGRESO (post 6x11) porque nos merecemos lo que Sera no nos dará...
Holaaaa!!! Aquí estoy. Tengo que recuperar el tiempo perdido... Así que voy a publicar la intro de este fic corto (son cuatro o cinco capis máximo) Uno por cada semana que tardemos en llegar hasta el 28/01....Espero que les guste.... Es lo que esperamos que suceda luego de que Sam se despierte al recuperar el alma. Pero que estoy segura que la Sera Gamble no nos va a dar.... Así que disfrútenlo. Si aman el brotherly love, esta historia es para ustedes!!!!! Se verá lo que sucede desde Appointment In Samarra hasta Like a Virgin. Trataré de postear un capi por semana para suplir nuestra necesidad patológica de capis que el bendito Hiatus nos provoca. Y les advierto, es dulce, es tierno, es mega brotherly love, es Dean cuidando al little bro que aún está débil.... así que advertencia de subidón de azúcar realizada..... ADELANTE, lean y comenten, please!!!!
EL REGRESO
I. Introducción
Lo ve yacer en ese incómodo camastro. Inconsciente. Pálido. Perdido quién sabe dónde. Y se desespera. Siente la mano de Bobby en su pecho, sujetándolo. Oye palabras de las que no logra interpretar el sentido. Ve a Muerte ponerse de pie y desaparecer. El jinete se ha ido y le ha dejado atravesadas en su garganta multitud de preguntas. Preguntas que no tienen respuesta, que sólo el tiempo las irá respondiendo, a medida que las circunstancias lo requieran. Mientras tanto, tiene a su hermano de regreso. Sí. Es Sammy. Ha vuelto. Pero no está feliz. Por el contrario, la angustia le atenaza el pecho. Siente que sus piernas no son capaces de sostenerlo un segundo más. Así que se arrastra miserablemente, lágrimas rodando por sus mejillas, hasta donde Sam duerme. ¿O acaso está desmayado? No lo sabe y aún no quiere saberlo. Bobby comprende, se acerca al más joven de los Winchester, toca su frente, siente sus latidos y luego mira a Dean, asintiendo. Sam está bien, está descansando. El mayor acepta con un movimiento de cabeza y luego se queda allí. Simplemente no puede dejarlo solo. No más. No ahora. Se quedará hasta que despierte. Bobby le palmea la espalda y asciende por las escaleras hacia la cocina de su casa. El viejo está más encorvado, como si sobre sus hombros llevara el peso de tantos años y tantas luchas. Sabe que los días siguientes serán duros para los hermanos Winchester. Pero él estará allí, como siempre ha estado desde esa noche en que los vio por primera vez, dormidos y abrazados en el asiento trasero del Impala.
EL REGRESO
I. Introducción
Lo ve yacer en ese incómodo camastro. Inconsciente. Pálido. Perdido quién sabe dónde. Y se desespera. Siente la mano de Bobby en su pecho, sujetándolo. Oye palabras de las que no logra interpretar el sentido. Ve a Muerte ponerse de pie y desaparecer. El jinete se ha ido y le ha dejado atravesadas en su garganta multitud de preguntas. Preguntas que no tienen respuesta, que sólo el tiempo las irá respondiendo, a medida que las circunstancias lo requieran. Mientras tanto, tiene a su hermano de regreso. Sí. Es Sammy. Ha vuelto. Pero no está feliz. Por el contrario, la angustia le atenaza el pecho. Siente que sus piernas no son capaces de sostenerlo un segundo más. Así que se arrastra miserablemente, lágrimas rodando por sus mejillas, hasta donde Sam duerme. ¿O acaso está desmayado? No lo sabe y aún no quiere saberlo. Bobby comprende, se acerca al más joven de los Winchester, toca su frente, siente sus latidos y luego mira a Dean, asintiendo. Sam está bien, está descansando. El mayor acepta con un movimiento de cabeza y luego se queda allí. Simplemente no puede dejarlo solo. No más. No ahora. Se quedará hasta que despierte. Bobby le palmea la espalda y asciende por las escaleras hacia la cocina de su casa. El viejo está más encorvado, como si sobre sus hombros llevara el peso de tantos años y tantas luchas. Sabe que los días siguientes serán duros para los hermanos Winchester. Pero él estará allí, como siempre ha estado desde esa noche en que los vio por primera vez, dormidos y abrazados en el asiento trasero del Impala.
cassandra_2010- En la puerta del infierno...
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Re: EL REGRESO (post 6x11) porque nos merecemos lo que Sera no nos dará...
....]Espero que les guste
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] Eso seguro!!!!
Es lo que esperamos que suceda luego de que Sam se despierte al recuperar el alma. Pero que estoy segura que la Sera Gamble no nos va a dar....
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Lo ve yacer en ese incómodo camastro. Inconsciente. Pálido. Perdido quién sabe dónde. Y se desespera.
Yo estaba igual!!!! [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
El jinete se ha ido y le ha dejado atravesadas en su garganta multitud de preguntas.
Lo mismo digooooo!!!!Ya ni quiero pensar en ese bendito muro!!! [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Preguntas que no tienen respuesta, que sólo el tiempo las irá respondiendo, a medida que las circunstancias lo requieran. Mientras tanto, tiene a su hermano de regreso. Sí. Es Sammy. Ha vuelto.
Antes también era Sammy (al menos su parte más deseable,xd [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] Perdón!!! Me fui del tema y aunque no quiero provocar discusión ya que no opinado en los capis yo nunca separé a Sammy sin alma de la misma persona (sólo que diferente) ¿Se entendió [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] ?Si no es así es por la hora y el sol del verano en las arenas canayas,xd,me estoy chamuscando,ajajajaj [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Sigo con tan lindo (pero angustiante primer capi) Lo sé soy masoquista pero lo estoy amando igual!!!! [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Pero no está feliz. Por el contrario, la angustia le atenaza el pecho. Siente que sus piernas no son capaces de sostenerlo un segundo más. Así que se arrastra miserablemente, lágrimas rodando por sus mejillas, hasta donde Sam duerme. ¿O acaso está desmayado? No lo sabe y aún no quiere saberlo.
Yo si quiero saberloooooooo!!!! [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Simplemente no puede dejarlo solo. No más. No ahora. Se quedará hasta que despierte.
Eso!!!! Bye Lisaaaaa!!!! [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] Y cuando despierte se quedará más y más!!!1
Awwww,qué tiernoooooo!!!! [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Te felicito amigaaaa!!! Me alegro que hayas decidido compartirlo en nuestro país,sabés que te apoyo y que te sigo donde lo publiques. Entre las dos vamos a bombardear este topic con fics así lo mantenemos vivo!!!! [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] Esperando la conti ansiosamente me despido con un besote!!! Sigamos en el chat!!!
sammynanci- Hell´s Angel
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Re: EL REGRESO (post 6x11) porque nos merecemos lo que Sera no nos dará...
Gracias por comentar, fiel amigaaa. Y encima comentario re largooo (me siento mal con lo lacónica que he estado yo con mis comentarios hoy... sorry). Bueno, como veo que nadie más comenta.... subo el segundo capi, a ver si le toman el gusto a esta historia plena de amor de hermanos.... Ojalá les guste....
besos
CAPÍTULO II
ANGUSTIA
Las horas habían transcurrido lentas, pesadas, cargadas de augurios y presagios terribles. La soledad se hacía más desesperante a medida que avanzaba la noche. Dean se había quedado al lado de Sam, decidido a no moverse hasta que su pequeño hermano despertara.
- Dean, Dean –era Bobby palmeándole el hombro al mayor de los Winchester- te he traído un poco de sopa. Tienes que comer algo. Has estado allí por horas.
- Gracias, Bobby –respondió Dean con mirada agradecida, sonriéndole con tristeza al anciano cazador.
- ¿No vas a tratar de dormir un poco?- el tono de preocupación era bastante notorio en Singer.
- No. Ni loco dejo a Sam en estas condiciones y no te ofrezcas porque no acepto que te quedes a velar su sueño. Esa es tarea mía y quiero hacerla. ¿Has entendido, Bobby?
El viejo hizo un gesto en señal de asentimiento y tocando suavemente a Dean en el hombro, se retiró.
-Buenas noches, hijo.
- Buenas noches para ti, Bobby.
Unas horas más tardes, Dean Winchester cabeceaba muy en contra de su voluntad con su espalda recostada en el camastro donde reposaba Sam. El menor se veía tranquilo, calmo, un poco pálido tal vez, pero su respiración denotaba una gran calma. Parecía descansar por fin luego de tantos meses sin hacerlo. Y esa escena hizo que Dean poco a poco se fuera tranquilizando hasta apoyar su cabeza y brazos cerca de los brazos del menor, de modo tal que podía dormitar sin perder el contacto con su hermano. Antes de que se pudiera dar cuenta, se hundió en la inconsciencia él también. Era una escena bastante tierna y peculiar: el menor de los hermanos tendido cuan largo era en la angosta cama, perdido en un sueño sin sueños, profundo, reparador. El mayor en cambio, medio cuerpo en el suelo, sus piernas encogidas y medio cuerpo sobre el camastro, dormido con su cabeza y brazos apoyados en los de su hermano.
Lo despertó un quejido suave, leve, tan bajo que era casi inaudible para un oído humano. Pero no para él. Se había dormido con todos sus sentidos alerta, esperando ese momento. El momento en que Sam recuperara la conciencia, el momento en que pudiera mirarlo a los ojos y darle la bienvenida a este mundo, como había hecho tantos años atrás cuando lo viera por primera vez en brazos de su madre.
- Mmmmmm me due-duele- fueron las primeras palabras de Sam Winchester.
- ¡Sam! ¡Sam! ¿Qué te pasa? ¿Qué te duele, hermano? Aquí estoy…
- ¡¡¡No, no, no!!!! Sam comenzó a revolverse inquieto en su cama, los ojos cerrados, como si una potente luz le impidiera abrir sus párpados. ¡Ahhhhhhhh! ¡Ahhhhggggg! -los sonidos guturales brotaban de la garganta del más joven de los Winchester sin que el mayor pudiera hacer algo para aliviar el sufrimiento que aparentemente padecía el chico.
- ¡Saaam! ¿Qué tienes, chico? ¿Qué sientes?- casi gritó Dean al borde del pánico.
- ¡No voy a decir que sí! ¡No seré el envase de ningún ángel caído!- las palabras brotaban pastosas pero claras de la boca del menor.
- ¡Tranquilo, Sam. Ya todo ha pasado!- Dean trataba de tranquilizar a su convulso hermano.
- No, no, no!!! ¡Váyanse! ¡Déjenme!- repetía Sam moviendo sus manos, tratando de alejar de él invisibles fantasmas que en ese momento lo atormentaban.
El joven Winchester seguía con sus ojos cerrados, revolviéndose inquieto cuando Bobby llegó a su lado. Mirándolo y revisándolo rápidamente para tratar de entender lo que le sucedía, el cazador llegó a la rápida conclusión de que el chico alucinaba o deliraba.
- No tiene fiebre, por lo que no creo que esté delirando, Dean.
- ¿Entonces qué quieres decir? ¿Está loco?- preguntó el mayor casi enloquecido de desesperación. ¿Por qué alucina? ¡Bobby! ¡Dime algo más! ¿Es que acaso la pared de Muerte no ha funcionado?
Mientras así decía, las piernas le flaquearon al mayor de los hermanos y fue Bobby quien prontamente lo sujetó, tomándolo por los hombros y asegurándose que no cayera.
- Tienes que calmarte, chico. De este modo no ayudas a Sam. Vamos a pensar en lo que le sucede.
- Está bien, está bien- la respuesta le llegó a Bobby en medio de breves inspiraciones que Dean realizaba tratando de equilibrar su psiquis, asustado como estaba al ver a su hermano alucinar sin tener la menor idea de dónde se hallaba ni por qué.
- Mira, la pared que Muerte le ha instalado en su inconsciente es muy nueva aún. Es imposible que no funcione. Sólo dejará de funcionar si Sam se empeña en hurgar en sus recuerdos. Y te aseguro que eso no lo ha hecho aún. Creo que sólo es su cuerpo que está reaccionando a su alma, como lo que sucede cuando te aplican una vacuna: tienes una reacción atenuada e inocua de la enfermedad contra la que te han vacunado. Es una especie de adaptación del cuerpo al alma. No te olvides que no ha dormido en casi un año, Dean- el cazador explicó todo esto sentado al borde de la cama del chico, con Dean mirándolo y oyéndolo como si estuviera revelando los secretos del universo. Y es que para Dean, entender lo que le sucedía a su hermanito era mejor y más importante que conocer el más recóndito de los secretos universales.
Más tranquilo luego de la explicación de Bobby, y mientras éste iba por una botella de agua, Dean se quedó allí mirando el rostro contraído y angustiado de su hermano menor: había regresado, sí, lo había traído de vuelta…otra vez. Pero ¿a qué precio?
- ¿Qué te hice, Sammy?- preguntó Dean mientras le acariciaba la frente quitándole de allí el largo cabello que se empeñaba en cubrir el rostro del menor.
Por la ventana, el amanecer se abría paso y el sol, lento y perezoso, dejaba escapar sus primeros rayos tibios que besaron la frente del enfermo, como queriendo darle consuelo y salud. Los ojos verdes del mayor brillaron aún más que siempre, con una intensidad pocas veces vista, producto de la ansiedad que lo invadía como una marea imparable.
besos
CAPÍTULO II
ANGUSTIA
Las horas habían transcurrido lentas, pesadas, cargadas de augurios y presagios terribles. La soledad se hacía más desesperante a medida que avanzaba la noche. Dean se había quedado al lado de Sam, decidido a no moverse hasta que su pequeño hermano despertara.
- Dean, Dean –era Bobby palmeándole el hombro al mayor de los Winchester- te he traído un poco de sopa. Tienes que comer algo. Has estado allí por horas.
- Gracias, Bobby –respondió Dean con mirada agradecida, sonriéndole con tristeza al anciano cazador.
- ¿No vas a tratar de dormir un poco?- el tono de preocupación era bastante notorio en Singer.
- No. Ni loco dejo a Sam en estas condiciones y no te ofrezcas porque no acepto que te quedes a velar su sueño. Esa es tarea mía y quiero hacerla. ¿Has entendido, Bobby?
El viejo hizo un gesto en señal de asentimiento y tocando suavemente a Dean en el hombro, se retiró.
-Buenas noches, hijo.
- Buenas noches para ti, Bobby.
Unas horas más tardes, Dean Winchester cabeceaba muy en contra de su voluntad con su espalda recostada en el camastro donde reposaba Sam. El menor se veía tranquilo, calmo, un poco pálido tal vez, pero su respiración denotaba una gran calma. Parecía descansar por fin luego de tantos meses sin hacerlo. Y esa escena hizo que Dean poco a poco se fuera tranquilizando hasta apoyar su cabeza y brazos cerca de los brazos del menor, de modo tal que podía dormitar sin perder el contacto con su hermano. Antes de que se pudiera dar cuenta, se hundió en la inconsciencia él también. Era una escena bastante tierna y peculiar: el menor de los hermanos tendido cuan largo era en la angosta cama, perdido en un sueño sin sueños, profundo, reparador. El mayor en cambio, medio cuerpo en el suelo, sus piernas encogidas y medio cuerpo sobre el camastro, dormido con su cabeza y brazos apoyados en los de su hermano.
Lo despertó un quejido suave, leve, tan bajo que era casi inaudible para un oído humano. Pero no para él. Se había dormido con todos sus sentidos alerta, esperando ese momento. El momento en que Sam recuperara la conciencia, el momento en que pudiera mirarlo a los ojos y darle la bienvenida a este mundo, como había hecho tantos años atrás cuando lo viera por primera vez en brazos de su madre.
- Mmmmmm me due-duele- fueron las primeras palabras de Sam Winchester.
- ¡Sam! ¡Sam! ¿Qué te pasa? ¿Qué te duele, hermano? Aquí estoy…
- ¡¡¡No, no, no!!!! Sam comenzó a revolverse inquieto en su cama, los ojos cerrados, como si una potente luz le impidiera abrir sus párpados. ¡Ahhhhhhhh! ¡Ahhhhggggg! -los sonidos guturales brotaban de la garganta del más joven de los Winchester sin que el mayor pudiera hacer algo para aliviar el sufrimiento que aparentemente padecía el chico.
- ¡Saaam! ¿Qué tienes, chico? ¿Qué sientes?- casi gritó Dean al borde del pánico.
- ¡No voy a decir que sí! ¡No seré el envase de ningún ángel caído!- las palabras brotaban pastosas pero claras de la boca del menor.
- ¡Tranquilo, Sam. Ya todo ha pasado!- Dean trataba de tranquilizar a su convulso hermano.
- No, no, no!!! ¡Váyanse! ¡Déjenme!- repetía Sam moviendo sus manos, tratando de alejar de él invisibles fantasmas que en ese momento lo atormentaban.
El joven Winchester seguía con sus ojos cerrados, revolviéndose inquieto cuando Bobby llegó a su lado. Mirándolo y revisándolo rápidamente para tratar de entender lo que le sucedía, el cazador llegó a la rápida conclusión de que el chico alucinaba o deliraba.
- No tiene fiebre, por lo que no creo que esté delirando, Dean.
- ¿Entonces qué quieres decir? ¿Está loco?- preguntó el mayor casi enloquecido de desesperación. ¿Por qué alucina? ¡Bobby! ¡Dime algo más! ¿Es que acaso la pared de Muerte no ha funcionado?
Mientras así decía, las piernas le flaquearon al mayor de los hermanos y fue Bobby quien prontamente lo sujetó, tomándolo por los hombros y asegurándose que no cayera.
- Tienes que calmarte, chico. De este modo no ayudas a Sam. Vamos a pensar en lo que le sucede.
- Está bien, está bien- la respuesta le llegó a Bobby en medio de breves inspiraciones que Dean realizaba tratando de equilibrar su psiquis, asustado como estaba al ver a su hermano alucinar sin tener la menor idea de dónde se hallaba ni por qué.
- Mira, la pared que Muerte le ha instalado en su inconsciente es muy nueva aún. Es imposible que no funcione. Sólo dejará de funcionar si Sam se empeña en hurgar en sus recuerdos. Y te aseguro que eso no lo ha hecho aún. Creo que sólo es su cuerpo que está reaccionando a su alma, como lo que sucede cuando te aplican una vacuna: tienes una reacción atenuada e inocua de la enfermedad contra la que te han vacunado. Es una especie de adaptación del cuerpo al alma. No te olvides que no ha dormido en casi un año, Dean- el cazador explicó todo esto sentado al borde de la cama del chico, con Dean mirándolo y oyéndolo como si estuviera revelando los secretos del universo. Y es que para Dean, entender lo que le sucedía a su hermanito era mejor y más importante que conocer el más recóndito de los secretos universales.
Más tranquilo luego de la explicación de Bobby, y mientras éste iba por una botella de agua, Dean se quedó allí mirando el rostro contraído y angustiado de su hermano menor: había regresado, sí, lo había traído de vuelta…otra vez. Pero ¿a qué precio?
- ¿Qué te hice, Sammy?- preguntó Dean mientras le acariciaba la frente quitándole de allí el largo cabello que se empeñaba en cubrir el rostro del menor.
Por la ventana, el amanecer se abría paso y el sol, lento y perezoso, dejaba escapar sus primeros rayos tibios que besaron la frente del enfermo, como queriendo darle consuelo y salud. Los ojos verdes del mayor brillaron aún más que siempre, con una intensidad pocas veces vista, producto de la ansiedad que lo invadía como una marea imparable.
cassandra_2010- En la puerta del infierno...
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Re: EL REGRESO (post 6x11) porque nos merecemos lo que Sera no nos dará...
Ay!!! porque no podemos ver estas escenas en la tv??? Que lindo Dean cuidando de su hermanito, amo a Dean cuidando de Sam, bueno amo Dean haciendo cualquier cosa o no haciendo nada pero me mata, me rompe el corazón cuando sufre por el sufrimiento de Sammy , Cassandra veo que has vuelto recargada
Esperando el próximo capi
Besus
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patriciamv3- En la puerta del infierno...
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Re: EL REGRESO (post 6x11) porque nos merecemos lo que Sera no nos dará...
jajajajajajaaa-. Así es amiga!!! He vuelto recargadaaaa. Y más que nuncaaa. Gracias por seguirme. Prontito, una sorpresa para todas las que aman el hurt dean.
Besos y nos leemos!!!
Besos y nos leemos!!!
cassandra_2010- En la puerta del infierno...
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Re: EL REGRESO (post 6x11) porque nos merecemos lo que Sera no nos dará...
Holaaa!!! Aquí traigo el capi III de mi fic... Gracias patri por estar... tu eres como el sol, aunque no te veamos, siempre estás!!!!
Nannnnnn!!! me fallasteeee. No dejaste comentario en mi ficccc. Me estoy ofendiendo, eh!!!!
He aquí el capi... espero sus sabias opiniones...
CAPÍTULO III. INCERTIDUMBRE
Lentamente el sueño invadió al mayor de los Winchester y unos instantes después –pese a la luz solar que iluminaba la habitación- dormía plácidamente junto a su hermano menor, que seguía inconsciente, pero al menos había dejado de alucinar. Parecía descansar tranquilamente y eso fue lo que calmó al angustiado Dean. Bobby regresó con la botella de agua en sus manos pero no quiso interrumpir el descanso de los hermanos. Sin hacer ruido, se retiró de la habitación.
Unas dos horas después, Dean se despertó con un fuerte dolor en su cuello, producto de la posición en la que se había quedado dormido; viendo que su hermano descansaba tranquilo, decidió prepararse un café en la cocina del anciano cazador.
- ¡Hola, te despertaste! Creí que iba a pasar todo el día cuidándolos a ambos…-el sarcasmo de Bobby no alcanzaba a ocultar su alegría al ver que las cosas parecían marchar bastante bien.
- Descansé un poco, gracias por preguntar, Bobby- el mayor de los Winchester se frotaba el cuello mientras ingería la caliente bebida.
- Sam parece estar bien, Dean. Creo que lo peor ha pasado ya. Tal como te dije, ha sido como una especie de reacción de su cuerpo ante la presencia de una parte que no estaba en él. Como un trasplante. ¿No lo crees?
- Pues… supongo que…
Dean no alcanzó a terminar la frase, pues un fuerte grito proveniente del cuarto donde descansaba Sam le hizo arrojar la taza de café y salir corriendo precipitadamente, seguido por Bobby.
Sam yacía de espaldas, pálido, todo su cuerpo temblaba y sus ojos se movían rápidamente de un lado a otro, como si estuviera soñando. Dando un potente grito, se sentó en la cama, respirando con agitación.
- Dean, yo…¿por qué..? ¿qué es…?- alcanzó a decir antes de que todo su cuerpo comenzara a temblar incontrolablemente.
Dean se apresuró a tomarlo por los hombros, aproximándolo a su propio cuerpo, abrazándolo.
- Ya todo pasó, Sammy. Estás bien. Estamos juntos –fueron las palabras del mayor al oído del menor. No siguió hablando porque se dio cuenta que Sam no lo podía oír. Estaba inconsciente, aunque la convulsión seguía atacando su cuerpo. Pasaron largos e interminables segundos antes de que el cuerpo de Sam se relajara en los brazos del su hermano. Lo peor parecía haber pasado aunque la mirada cargada de angustia de Dean no demostraba eso.
- ¡Saaaam! ¡Sam, dime algo! ¿Qué te pasa?- fueron las pregunta que lanzó el mayor al aire, ya que el menor de los Winchester seguía inconsciente. Minúsculas gotas de sudor perlaban su frente y un ligero temblor recorría todo su cuerpo. Bobby fue quien actuó: tocando en el hombro al rubio, le alcanzó una manta con la que el primero envolvió al castaño. Luego, tocándole la frente, comprendió:
- ¡Tiene mucha fiebre, Bobby!
- Si, hijo, lo veo. Por eso ha tenido esa convulsión. Hay que bajarle la temperatura. Ahora. Voy por la medicina- acotó Bobby seguro de sus palabras.
Y el rubio, sin perder tiempo, mojó una prenda con abundante agua y comenzó a pasarla por la frente y la cara de Sam, que seguía ajeno a todo lo que sucedía con su cuerpo.
- No puedes hacerme esto, chico. No te atrevas a dejarme otra vez. No lo soportaría. Casi muero el año pasado cuando tuve que dejar que fueras al infierno para acabar con Lucifer. Entiéndelo de una vez: no puedo vivir sin ti, no sé hacerlo, jamás he hecho otra vida que no sea esta, hermanito. Cuidar de ti y de papá ha sido todo lo que he hecho en mi vida. Si algo te pasa, yo te juro….
- Nada le sucederá a tu hermano, Dean. Tranquilízate. Te lo repito, su cuerpo tiene que acostumbrarse a la parte que no estaba de él –le dijo Bobby tocando suavemente el hombro derecho de Dean, en un gesto de cariño paternal. El anciano había escuchado todo lo que el rubio había dicho creyéndose a solas con su hermano y aunque no necesitaba oírlo para saberlo, le había dolido sobremanera ver el sufrimiento de quienes consideraba sus hijos.
- Bobby ¿y si su cuerpo rechaza a su alma? Sucede en los trasplantes ¿no? - Dean lo preguntaba con tanta angustia que daba pena verlo.
- Si, es verdad, puede suceder. Pero esperemos que no sea este el caso. Tal vez lo que nos quede sea confiar y esperar…
-¡Menos mal que no te has atrevido a decir “orar”! Esos ángeles hijos de puta no han ayudado en nada. Cada vez que los hemos necesitado, han complicado aún más las cosas. ¡Y ha tenido que ser Muerte quien pudiera ir al Infierno por el alma de mi hermano! ¡Ni siquiera Castiel es sincero con nosotros! –estalló el mayor con los ojos chispeantes de furia y dolor.
- Lo sé, lo sé, Dean.
Unas horas más tarde, gracias a la insistencia de ambos cazadores, la fiebre del menor de los Winchester bajó a niveles tolerables, por lo que comenzó a recuperar la consciencia.
- ¡Dean! ¡De- dean! –llamó débilmente.
- Aquí estoy, Sammy, a tu lado. ¿Cómo estás, amigo? –la mirada del rubio se había dulcificado ante la mirada de su pequeño hermano. Mientras le hablaba, tocó su frente, buscando signos de fiebre y se alegró cuando lo sintió fresco.
- ¿q- qué me ha p- pasado? – el castaño miraba a su alrededor con confusión. -¿Por qué estoy en el cuarto del pánico?
- Hey, yo pregunté primero. ¿Cómo estás? Ya no le respondes a tu hermano mayor…
- Mejor, creo. Pero me duele mucho la cabeza. Siento como un calor que proviene de mi interior – le respondió el menor. –Pero dime, Dean. ¿Qué sucedió y por qué estoy aquí?
- ¿Qué es lo que recuerdas, Sammy? – preguntó con cautela Dean que no se había separado de la cabecera de su hermano desde que comenzara su agonía y que se había dado cuenta que no iba a poder esquivar las preguntas de su hermano.
- No lo sé, todo es confuso. Recuerdo ruidos, imágenes sin sentido. A ti hablándome al oído… -mientras hablaba Sam se tocaba la frente, tratando de calmar el dolor que comenzaba a sentir en sus sienes.
- Tranquilo hermanito, has tenido muchísima fiebre. Por eso estás confundido. Deja que tu mente se aclare y verás cómo recuerdas todo. Las heridas de un cazador necesitan tiempo para sanar. ¿Quieres un poco de agua fresca?
Sam asintió débilmente, cerrando sus ojos. Dean aprovechó para salir del cuarto justo a tiempo para evitar que el chico viera sus ojos llenos de lágrimas y notara su respiración agitada a causa de la angustia.
- ¡Esto no puede ser! –decía unos instantes después frente a Bobby, que lo escuchaba. -¡Voy a tener que mentirle y que ocultarle todo un año de su vida para evitar que se dañe su Muro! ¿Hasta cuándo seguiremos mintiéndonos, ocultándonos cosas? Aunque sea por nuestro bien, eso es parte del daño que nos hacemos mutuamente. Te juro que ya no lo soporto, Bobby- concluyó el rubio triste y angustiosamente.
- Tal vez él solo recuerdo algo de lo que ha sucedido. Tú solo rellena sus lagunas lo más ligeramente posible, hijo. Y ahora concéntrate en su bienestar físico. Necesitamos que se reponga de todo esto. ¿Has entendido, Dean?
- Sí, señor –fue la lacónica respuesta de Dean Winchester, que sacudiendo su cabeza se dirigió hacia el cuarto de pánico con la botella de agua que le había prometido a su hermano. Después de todo él era un soldado. Nunca había dejado de serlo. Y los soldados obedecen sin preguntar. Tal vez era mejor así, porque si él comenzaba a cuestionarse las cosas, los acontecimientos, todo se iría al carajo. Tal vez todo esto se trataba sólo de obediencia, de dejar de pretender desafiar al destino.
Nannnnnn!!! me fallasteeee. No dejaste comentario en mi ficccc. Me estoy ofendiendo, eh!!!!
He aquí el capi... espero sus sabias opiniones...
CAPÍTULO III. INCERTIDUMBRE
Lentamente el sueño invadió al mayor de los Winchester y unos instantes después –pese a la luz solar que iluminaba la habitación- dormía plácidamente junto a su hermano menor, que seguía inconsciente, pero al menos había dejado de alucinar. Parecía descansar tranquilamente y eso fue lo que calmó al angustiado Dean. Bobby regresó con la botella de agua en sus manos pero no quiso interrumpir el descanso de los hermanos. Sin hacer ruido, se retiró de la habitación.
Unas dos horas después, Dean se despertó con un fuerte dolor en su cuello, producto de la posición en la que se había quedado dormido; viendo que su hermano descansaba tranquilo, decidió prepararse un café en la cocina del anciano cazador.
- ¡Hola, te despertaste! Creí que iba a pasar todo el día cuidándolos a ambos…-el sarcasmo de Bobby no alcanzaba a ocultar su alegría al ver que las cosas parecían marchar bastante bien.
- Descansé un poco, gracias por preguntar, Bobby- el mayor de los Winchester se frotaba el cuello mientras ingería la caliente bebida.
- Sam parece estar bien, Dean. Creo que lo peor ha pasado ya. Tal como te dije, ha sido como una especie de reacción de su cuerpo ante la presencia de una parte que no estaba en él. Como un trasplante. ¿No lo crees?
- Pues… supongo que…
Dean no alcanzó a terminar la frase, pues un fuerte grito proveniente del cuarto donde descansaba Sam le hizo arrojar la taza de café y salir corriendo precipitadamente, seguido por Bobby.
Sam yacía de espaldas, pálido, todo su cuerpo temblaba y sus ojos se movían rápidamente de un lado a otro, como si estuviera soñando. Dando un potente grito, se sentó en la cama, respirando con agitación.
- Dean, yo…¿por qué..? ¿qué es…?- alcanzó a decir antes de que todo su cuerpo comenzara a temblar incontrolablemente.
Dean se apresuró a tomarlo por los hombros, aproximándolo a su propio cuerpo, abrazándolo.
- Ya todo pasó, Sammy. Estás bien. Estamos juntos –fueron las palabras del mayor al oído del menor. No siguió hablando porque se dio cuenta que Sam no lo podía oír. Estaba inconsciente, aunque la convulsión seguía atacando su cuerpo. Pasaron largos e interminables segundos antes de que el cuerpo de Sam se relajara en los brazos del su hermano. Lo peor parecía haber pasado aunque la mirada cargada de angustia de Dean no demostraba eso.
- ¡Saaaam! ¡Sam, dime algo! ¿Qué te pasa?- fueron las pregunta que lanzó el mayor al aire, ya que el menor de los Winchester seguía inconsciente. Minúsculas gotas de sudor perlaban su frente y un ligero temblor recorría todo su cuerpo. Bobby fue quien actuó: tocando en el hombro al rubio, le alcanzó una manta con la que el primero envolvió al castaño. Luego, tocándole la frente, comprendió:
- ¡Tiene mucha fiebre, Bobby!
- Si, hijo, lo veo. Por eso ha tenido esa convulsión. Hay que bajarle la temperatura. Ahora. Voy por la medicina- acotó Bobby seguro de sus palabras.
Y el rubio, sin perder tiempo, mojó una prenda con abundante agua y comenzó a pasarla por la frente y la cara de Sam, que seguía ajeno a todo lo que sucedía con su cuerpo.
- No puedes hacerme esto, chico. No te atrevas a dejarme otra vez. No lo soportaría. Casi muero el año pasado cuando tuve que dejar que fueras al infierno para acabar con Lucifer. Entiéndelo de una vez: no puedo vivir sin ti, no sé hacerlo, jamás he hecho otra vida que no sea esta, hermanito. Cuidar de ti y de papá ha sido todo lo que he hecho en mi vida. Si algo te pasa, yo te juro….
- Nada le sucederá a tu hermano, Dean. Tranquilízate. Te lo repito, su cuerpo tiene que acostumbrarse a la parte que no estaba de él –le dijo Bobby tocando suavemente el hombro derecho de Dean, en un gesto de cariño paternal. El anciano había escuchado todo lo que el rubio había dicho creyéndose a solas con su hermano y aunque no necesitaba oírlo para saberlo, le había dolido sobremanera ver el sufrimiento de quienes consideraba sus hijos.
- Bobby ¿y si su cuerpo rechaza a su alma? Sucede en los trasplantes ¿no? - Dean lo preguntaba con tanta angustia que daba pena verlo.
- Si, es verdad, puede suceder. Pero esperemos que no sea este el caso. Tal vez lo que nos quede sea confiar y esperar…
-¡Menos mal que no te has atrevido a decir “orar”! Esos ángeles hijos de puta no han ayudado en nada. Cada vez que los hemos necesitado, han complicado aún más las cosas. ¡Y ha tenido que ser Muerte quien pudiera ir al Infierno por el alma de mi hermano! ¡Ni siquiera Castiel es sincero con nosotros! –estalló el mayor con los ojos chispeantes de furia y dolor.
- Lo sé, lo sé, Dean.
Unas horas más tarde, gracias a la insistencia de ambos cazadores, la fiebre del menor de los Winchester bajó a niveles tolerables, por lo que comenzó a recuperar la consciencia.
- ¡Dean! ¡De- dean! –llamó débilmente.
- Aquí estoy, Sammy, a tu lado. ¿Cómo estás, amigo? –la mirada del rubio se había dulcificado ante la mirada de su pequeño hermano. Mientras le hablaba, tocó su frente, buscando signos de fiebre y se alegró cuando lo sintió fresco.
- ¿q- qué me ha p- pasado? – el castaño miraba a su alrededor con confusión. -¿Por qué estoy en el cuarto del pánico?
- Hey, yo pregunté primero. ¿Cómo estás? Ya no le respondes a tu hermano mayor…
- Mejor, creo. Pero me duele mucho la cabeza. Siento como un calor que proviene de mi interior – le respondió el menor. –Pero dime, Dean. ¿Qué sucedió y por qué estoy aquí?
- ¿Qué es lo que recuerdas, Sammy? – preguntó con cautela Dean que no se había separado de la cabecera de su hermano desde que comenzara su agonía y que se había dado cuenta que no iba a poder esquivar las preguntas de su hermano.
- No lo sé, todo es confuso. Recuerdo ruidos, imágenes sin sentido. A ti hablándome al oído… -mientras hablaba Sam se tocaba la frente, tratando de calmar el dolor que comenzaba a sentir en sus sienes.
- Tranquilo hermanito, has tenido muchísima fiebre. Por eso estás confundido. Deja que tu mente se aclare y verás cómo recuerdas todo. Las heridas de un cazador necesitan tiempo para sanar. ¿Quieres un poco de agua fresca?
Sam asintió débilmente, cerrando sus ojos. Dean aprovechó para salir del cuarto justo a tiempo para evitar que el chico viera sus ojos llenos de lágrimas y notara su respiración agitada a causa de la angustia.
- ¡Esto no puede ser! –decía unos instantes después frente a Bobby, que lo escuchaba. -¡Voy a tener que mentirle y que ocultarle todo un año de su vida para evitar que se dañe su Muro! ¿Hasta cuándo seguiremos mintiéndonos, ocultándonos cosas? Aunque sea por nuestro bien, eso es parte del daño que nos hacemos mutuamente. Te juro que ya no lo soporto, Bobby- concluyó el rubio triste y angustiosamente.
- Tal vez él solo recuerdo algo de lo que ha sucedido. Tú solo rellena sus lagunas lo más ligeramente posible, hijo. Y ahora concéntrate en su bienestar físico. Necesitamos que se reponga de todo esto. ¿Has entendido, Dean?
- Sí, señor –fue la lacónica respuesta de Dean Winchester, que sacudiendo su cabeza se dirigió hacia el cuarto de pánico con la botella de agua que le había prometido a su hermano. Después de todo él era un soldado. Nunca había dejado de serlo. Y los soldados obedecen sin preguntar. Tal vez era mejor así, porque si él comenzaba a cuestionarse las cosas, los acontecimientos, todo se iría al carajo. Tal vez todo esto se trataba sólo de obediencia, de dejar de pretender desafiar al destino.
cassandra_2010- En la puerta del infierno...
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Re: EL REGRESO (post 6x11) porque nos merecemos lo que Sera no nos dará...
ya me hiciste sufrir pobrecitos los dos, y mi Dean no quiere mentirle más a su brother, al fin se dió cuenta que las mentiras no sirven de nada, y Sammy pobre cuñis, ¿irá a recordar algo? ¿que le dirá Dean? ...viste ya me quede atrapada en la trama y esperando el proximo capi.
Besos!
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patriciamv3- En la puerta del infierno...
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